miércoles, 28 de enero de 2015

Pseudoconsolación

Los humanos sois los amos con esto de la pseudoconsolación:
Cuando alguien está pasando por un mal momento o tiene un problema, uno intenta consolarlo por medio de frases motivadoras y bonitas, aun sabiendo perfectamente que son mentira y que todo va a seguir igual o incluso peor.
Lo vemos a menudo en las películas, cuando alguien está al borde de la muerte (y todos sabemos perfectamente que se va a morir porque tiene un tiro en la sien y la sangre sale cual chorro de aspersor) y viene otro a darle consuelo, diciéndole cosas como "Tranquilo, todo irá bien" o "Sé fuerte, no vas a morir". Eres cruel. Juegas con los sentimientos del moribundo prometiéndole algo que no va a tener, haciéndole ilusiones para luego romperle aún más el corazón. Sería mejor que te callaras, y le dieras un último abrazo o le dijeras tus últimas palabras, en vez de intentar pintarle un mundo de rosas que tanto tú como la otra persona sabéis que es falso. Tú le estás diciendo "Todo va a salir bien", y el otro estará pensando "Pos no ves que no? Pos no ves que estoy ya casi desangrao? Cállate y déjame que me muera ya, pijo".

Con la situación actual en España, a menudo escuchamos a otros quejarse en plan "no tengo trabajo, y no me llaman de ningún sitio" o "ahora mismo no sé qué hacer con mi vida". Y no falta el pseudoconsolador que viene a lamerte la oreja diciéndote que "todo va a ir bien", "ya verás como encuentras algo" o "tengo yo el pálpito de que pronto vas a conseguir trabajo". Como si tus pálpitos me importaran algo a mí. Como si tuvieras dotes proféticos sobre mi vida. No va a ir bien, y lo sabes. Y está bien eso de alegrar a la persona en el momento y que se anime, pero esa misma alegría y ánimo desaparecerán en cuestión de minutos al volver a la realidad y salir de la "nube ilusoria" que le has creado. 

Si no se está seguro de si algo va a salir bien o no, es mejor no decir nada. Nuestras palabras tienen la mala costumbre de quedarse almacenadas en la mente de otras personas, y cuando no se cumplen, una alarma suena en la mente de otros diciendo: "ALERTA: MENTIRA DETECTADA", creando un resquemor hacia quien les dijo aquello y no volviéndose a fiar de nadie. En cambio, si lo que dijo cierta persona acaba cumpliéndose, otra alarma sonará en sus mentes, pero esta vez diciendo: "TENÍA RAZÓN", creando gran confianza en esa persona.

Cuando estéis mal y alguien os venga con pseudoconsolación, andaos con mil ojos y no creáis todo lo que os dicen. Mantened los pies en la tierra y no dejéis que os eleven a las nubes ilusorias, porque tarde o temprano vais a caer de ellas, y eso implica pegarse un cepazo sublime contra el suelo

Ser optimista implica también ser realista; el optimista que no es realista es iluso y anda sobre tierra movediza. El optimista sabe que la cosa va mal, pero aun así se esfuerza por ver la parte buena de todo: quiere aprender de las pruebas, progresar con las dificultades y usar las malas experiencias para evitarlas a tiempo la próxima vez que se presenten. Tiene una BUENA ACTITUD a pesar del caos que le rodea. En cambio, el iluso crea un falso optimismo para engañarse y hacerse creer que no hay ningún problema, que todo va e irá bien: el iluso se ciega a sí mismo y presume de ser feliz y positivo, aunque tarde o temprano caerá de su nube ilusoria y se dará cuenta de la realidad. Pensar que "todo va bien" no hará que todo vaya bien.

Seamos realistas y aceptemos las cosas como son.
El mundo está mal e irá a peor.
Sobrevivir o no depende de nuestra actitud.

0 comentarios:

Publicar un comentario