sábado, 24 de enero de 2015

Profesionalidad degenerativa

Hay un gran número de humanos que no sabe usar su conocimiento con sabiduría: cuanto más sabe, más insoportable y pedante se vuelve. En lugar de mantenerse humilde y disfrutar de sus conocimientos en privado, parece que si no presume y menosprecia a quien tiene menos conocimientos que él, no se queda a gusto.
Este comportamiento lo he bautizado con el nombre de "profesionalidad degenerativa" (o "volverse más imbécil cuanto más sabes"):
Una persona, al adquirir cierto grado de conocimiento o profesionalidad en un ámbito concreto, se siente obligado a presumir de esos conocimientos, buscando solo errores en los trabajos de otros, y menospreciando todo aquello hecho por alguien que no tiene su mismo nivel de conocimiento o experiencia.
He decidido llamarlo "profesionalidad degenerativa" porque, conforme el individuo va haciéndose más y más profesional en un cierto ámbito, su carácter va degenerándose poco a poco hasta convertirse en un sumo tocapelotas que no tiene más remedio que ser repudiado por el resto de la sociedad (y en la mayoría de los casos, a morir en celibato, porque esa actitud altiva y perfeccionista ahuyenta a todas las hembras de su alrededor).

Digamos que Andrés es un cantante novato, sin conocimientos de música ni grabación, y hace una canción poniendo todo su esfuerzo en ella. Y Miguel es un cantante con mucha experiencia, con estudios musicales y conocimientos de sonido, que escucha la canción de Andrés por casualidad.

· Si Miguel sufriera "profesionalidad degenerativa"...
Escucharía la canción muy atentamente, fijándose en cada nota que canta Andrés, cada desafine, cada zumbido en el fondo, teniendo en mente el único objetivo de encontrar fallos para menospreciar el trabajo del pobre muchacho. Incluso, si es posible, inventarse fallos inexistentes para decírselos luego a Andrés y hacer que su trabajo quede como algo horrible en comparación con el suyo.

· Si Miguel fuera un auténtico profesional...
Escucharía la canción muy atentamente, fijándose en cada nota que canta Andrés, cada desafine, cada zumbido en el fondo, teniendo en mente el esfuerzo que el muchacho ha puesto en hacer la canción. Prestaría atención y reconocería los fallos, pero se los guardaría para él, pues se acuerda de que cuando él empezó también a hacer música, sus primeras canciones eran iguales o peores que la de Andrés. Al comentarle a Andrés acerca de su canción, aprecia su trabajo, reconoce el esfuerzo que ha puesto en hacerlo, y le da amablemente unos cuantos consejos para mejorar la próxima vez que haga una canción. Incluso muchas veces pasa por alto los errores, porque son pequeñas tonterías sin importancia que no varían en absoluto el producto final.

Miguel, llevado por su orgullo insaciable, en lugar de animar al inexperto Andrés y admirar sus esfuerzos, se centra en las cosas malascritica su trabajo y lo examina al milímetro buscando todos los fallos posibles para echárselos en cara. Y es curioso, porque la misma persona que se "degenera" y se enorgullece, es la misma persona que, tiempo atrás, no tenía ni idea de ese ámbito del que ahora presume tanto.

Además, la "profesionalidad degenerativa" afecta también al lenguaje de la persona que lo sufre: un estudiante que acaba de matricularse en Filología habla de forma que todos lo entienden, con jerga y palabras de la calle, y cuando termina la carrera parece que si usa una palabra coloquial está cometiendo un grave crimen. Pero no parece darse cuenta de que siendo así de perfeccionista, se ha "degenerado" y que lo único que hace es cerrar su esfera y repeler cada vez a más gente por "pesao", "cansino" o "listezas".

Los profesionales que guardan sus conocimientos humildemente y los usan con sabiduría son mucho más agradables que los que presumen y usan su "título" para elevarse sobre los demás. Es más, el profesional que es "campechano" y cercano al pueblo es mucho más querido y tiene más éxito que el creído y orgulloso. El auténtico profesional es aquel que ayuda a los demás a ser tan profesionales como él o incluso más.

De nada sirve el conocimiento si no sabes usarlo.

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